Una obra de teatro en inglés promueve una amplia gama de aprendizajes lingüísticos, sociales y emocionales. Desde el área del idioma, permite fortalecer la pronunciación, el vocabulario contextualizado, la fluidez verbal y la comprensión auditiva, ya que los estudiantes deben aprender y expresar diálogos de forma natural y con entonación adecuada. Además, se fomenta el uso del inglés funcional, es decir, el idioma en situaciones reales y significativas.

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A nivel personal y social, la dramatización desarrolla la confianza, la expresión corporal, el trabajo en equipo, la empatía y el respeto por las ideas de los demás. Los estudiantes exploran emociones, roles y culturas diferentes, lo que contribuye a su formación integral y al desarrollo de habilidades socioemocionales.

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Por último, una obra teatral favorece la creatividad, la interpretación artística y la motivación por aprender el idioma, ya que se trata de una experiencia vivencial que involucra al estudiante como protagonista activo de su aprendizaje.